El cuello y el escote son una de las zonas del cuerpo que delatan antes el paso del tiempo.
La piel del cuello y del escote es más fina y sensible que otras zonas del cuerpo, también es más pobre en colágeno y elastina y, además, se encuentra más expuesta a los agentes externos como el sol y la polución. Todo ello hace que a partir de los 30 años aproximadamente, comiencen a aparecer las temidas arrugas, manchas, rojeces, pérdida de firmeza, y los primeros signos de flacidez.